Análisis y manejo de la variabilidad intraparcelaria del viñedo en relación con la calidad de la uva y del vino

La variabilidad espacial del viñedo es un hecho conocido que origina diferentes respuestas en la planta a nivel de expresión vegetativa, producción y composición del fruto. En las últimas décadas, en el marco de la denominada viticultura de precisión, se han desarrollado diversas tecnologías, que so...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Bonilla, Irene
Otros Autores: Martínez Casasnovas, José Antonio (Universidad de La Rioja)
Formato: text (thesis)
Lenguaje:spa
Publicado: Universidad de La Rioja (España) 2015
Acceso en línea:https://dialnet.unirioja.es/servlet/oaites?codigo=46111
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Descripción
Sumario:La variabilidad espacial del viñedo es un hecho conocido que origina diferentes respuestas en la planta a nivel de expresión vegetativa, producción y composición del fruto. En las últimas décadas, en el marco de la denominada viticultura de precisión, se han desarrollado diversas tecnologías, que son capaces de medir, de manera rápida y precisa, la variabilidad espacial de ciertas características del viñedo como, por ejemplo, el vigor (a través de índices espectrales, p.e. NDVI y otros) o la conductividad eléctrica aparente del suelo ¿ECa¿ (a través de sensores edáficos). En este contexto, los objetivos de la presente Tesis fueron los de evaluar el verdadero alcance de estas herramientas en un viñedo de una bodega familiar, con el fin de establecer un manejo diferencial en vendimia, poniendo en relevancia los puntos fuertes y débiles de las mismas e investigando las relaciones ecofisiológicas entre vigor y ciertas propiedades del suelo con la calidad de la uva y el vino obtenido, todo ello en años climatológicamente muy diferentes. La investigación se realizó en un viñedo de secano de la variedad Tempranillo situado en la Rioja Alavesa, entre los años 2010 al 2013. Se tomaron imágenes aéreas multiespectrales al comienzo del envero en los cuatro años de estudio, a partir de las cuales se obtuvieron los mapas del índice de vigor de la diferencia normalizada (NDVI). En 2011 se realizó una cartografía de la conductividad eléctrica aparente del suelo mediante el sensor electromagnético EM38. Se muestrearon 54 cepas para la medición de los parámetros vegetativos, productivos y de composición de la uva. A partir de los mapas continuos de NDVI y ECa, se zonificó la parcela en distintas unidades de manejo basadas en diversas combinaciones de vigor con la conductividad eléctrica aparente del suelo. Esto sirvió para categorizar las cepas muestreadas y realizar un análisis de comparación de medias para cada uno de los parámetros estudiados. También se realizaron comparaciones directas entre los valores de NDVI extraídos para cada cepa y los parámetros de estudio. Por otro lado, se elaboraron dos índices de calidad de la uva a partir de los cuales se realizó un análisis de regresión multiparamétrico con respecto a las variables medidas en campo y a partir de las imágenes aéreas. Finalmente, se realizó la vendimia de la uva en base a las zonas de vigor y se elaboraron los vinos en pequeños depósitos en condiciones controladas. Los resultados mostraron una alta variabilidad en el viñedo, con coeficientes de variación menores en parámetros de composición de la uva como pH o azúcares, algo mayores en antocianos y polifenoles, y mucho mayores en parámetros productivos o vegetativos. El NDVI mostró gran capacidad para identificar el estado vegetativo del viñedo y, en muchos casos, también las características productivas de las cepas. En lo que se refiere a la calidad de la uva, se encontraron relaciones positivas entre vigor y antocianos en los años más secos y calurosos. Los parámetros que explicaron en un mayor grado la calidad de la uva fueron los relacionados con el estrés hídrico en dichos años, mientras que cuando la disponibilidad hídrica no fue limitante, el equilibrio vegetativo-productivo pareció ser el aspecto más determinante. El análisis de zonificación de la parcela fue mejor cuando se incluyeron datos relativos al suelo, incluso llegando a aportar casi la misma información que los datos de vigor de varios años consecutivos. Los vinos elaborados a partir de cepas ubicadas en zonas de bajo vigor mostraron un carácter gustativo y aromático más maduro, mientras que los procedentes de zonas de alto vigor mostraron un carácter más fresco, ácido y frutal. La gestión de la alta variabilidad espacial del viñedo tiene grandes implicaciones a la hora de obtener el máximo potencial de calidad ya que las uvas procedentes de cada zona del viñedo presentan características diferentes en función de la climatología particular de cada añada y de las condiciones ecofisiológicas que se establecen, especialmente, a nivel del microclima de los racimos.