Ecos de Grecia: la cuestión pendiente. Bases históricas de la polifonía vocal e instrumental en el Mundo Clásico
La presunción de que griegos y romanos no practicaron la polifonía no se basa tampoco en ninguna fuente real de aquellos tiempos, del mismo modo como se afirma que en ninguna de las fuentes conservadas se dice lo contrario. Esta segunda observación de Girolamo Mei sigue vigente a fecha de hoy: no ap...
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Formato: | text (thesis) |
Lenguaje: | spa |
Publicado: |
Universitat Politècnica de València (España)
2017
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Materias: | |
Acceso en línea: | https://dialnet.unirioja.es/servlet/oaites?codigo=105312 |
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Sumario: | La presunción de que griegos y romanos no practicaron la polifonía no se basa tampoco en ninguna fuente real de aquellos tiempos, del mismo modo como se afirma que en ninguna de las fuentes conservadas se dice lo contrario. Esta segunda observación de Girolamo Mei sigue vigente a fecha de hoy: no aparece mención de este hecho ni en las paganas ni tampoco en las cristianas. Tras este suceso, tenemos un vacío histórico de casi siete siglos ― que no afecta solo a las fuentes musicales, pero sí en mayor medida que a otras ― relativo a dispositivos e instrumentos que existieron y tuvieron una amplia difusión: algunos reaparecen con un diseño similar (gaitas, laúdes), mientras que otros aparentemente no sobrevivieron (aulós doble). En ámbitos musicológicos, la práctica de la polifonía se presenta como un producto tardío que es consecuencia de una evolución paulatina y lineal (tanto cognitiva como socialmente) del pensamiento musical, afirmando su supuesta aparición en la historia durante la Edad Media en Occidente. Según esta opinión, antes de este momento, los humanos no practicaron la polifonía, y por lo tanto griegos y romanos tampoco. Pero, como ya hemos precisado al comienzo, ninguna fuente conservada menciona tampoco nada al respecto. Estos argumentos de corte histórico y psicológico constituyen todavía hoy el cuerpo argumental básico de nuestra visión de la música de estos pueblos, aun cuando presentan muchos problemas e incoherencias enfrentados con la evidencia procedente de otras disciplinas: la arqueología, por ejemplo, ha ido recuperando mosaicos y piezas que confirman la presencia de instrumentos polifónicos (o multifónicos) durante muchos siglos. Igualmente tenemos hoy constancia de la existencia de cientos (¿miles?) de festivales, concursos, conciertos, y todo tipo de actividades de conjunto durante el mismo período. Las referencias a numerosos coros amateurs y profesionales, junto con la vasta difusión que tuvieron teatros y odeones (salas de concierto techadas), y también los festivales y espectáculos dramático-musicales, constituyen de por sí evidencia indirecta de la relevancia que alcanzaron los conjuntos instrumentales y la música coral para griegos y romanos. Estos dos grandes bloques ― música coral y espectáculos, por un lado, y amplia difusión de instrumentos capaces de producir sonidos simultáneos diferentes por otro ― son el cuerpo central de nuestra argumentación: en la Tesis se documentan alrededor de 240 fuentes (tanto literarias como iconográficas) acerca de estos objetos, junto a varios cientos de alusiones o citas (inscripciones, obras escritas, etc.) a las prácticas corales paganas. En total, unas 500 fuentes, la mitad de ellas directas (las que afectan a los instrumentos), y el resto indirectas ― las que afectan a los coros por cuanto se va a discutir aquí: la Tesis asume que la presencia organizada de muchas voces y de forma reiterada y socialmente aceptada implica la pluralidad de sonidos (sin excluir, por supuesto, el canto coral monofónico), y que su negación no puede basarse en la incapacidad estética (cognitiva) de estos pueblos. La presencia del fenómeno polifónico en las tradiciones no occidentales está acreditada a través de culturas diferentes en el tiempo y en el espacio: los cantos diatónicos del Pacífico ya sorprendieron a los primeros europeos que llegaron allí en el siglo XVIII. El canto epirote en los Balcanes, o el canto georgiano en el Cáucaso, amén de otras muchas tradiciones del folklore europeo con escalas e intervalos característicos, así como los cantos polifónicos de los pigmeos Aka y otras etnias africanas actuales, hablan de un pasado poli- o multi-vocal, independientemente de la evolución histórica de la música culta en Occidente durante los últimos 1.200 años. La Tesis no discute nada acerca de la evolución de la música occidental desde Hucbaldo en adelante, sino tan solo aquellas afirmaciones que unos y otros hicieron sobre la que practicaron pueblos gloriosos muchos siglos atrás. Por un lado, tenemos el vacío histórico absoluto en cuanto a fuentes musicales (de cualquier tipo) no eclesiásticas, y por otro unas pocas obras cristianas de los siglos V-VI y unas pocas obras tardías cercanas al milenio, que por lo demás no aportan ninguna información práctica, técnica, o relacionada de algún modo concreto con la actividad cotidiana de los músicos en ámbitos profanos.
El Mundo Clásico fue un mundo musical milenario que nos legó un arte y una ciencia que no fueron superados hasta 1.000 años después de su desaparición, y que aún hoy presta soporte a nuestras propias disciplinas académicas, tanto artísticas como científicas. Mientras que, basándonos mayormente en las opiniones que expondremos en la Primera Parte, hemos relegado a nuestros ancestros a un arte musical simple y carente de toda complejidad, basado en una presunta monofonía con base en razones no aclaradas, que no se compadece en absoluto con el resto de sus producciones artísticas. Somos en efecto también hijos de Grecia, por las mismas razones que ellos expusieron: no por el lugar en donde nacemos, sino por el modo en el que preguntamos al mundo buscando causas naturales detrás de los fenómenos naturales. La observación de nuestro pasado musical griego y romano debe sustentarse en datos objetivos, y no en creencias renacentistas, medievales, o contemporáneas, tanto da, acerca de los presuntos poderes de una música largo tiempo perdida que nunca podremos recuperar. La Tesis no entra en consideración alguna relativa a modos, escalas, sistemas, intervalos, y otros conceptos teóricos y técnicos, por cuanto que son probablemente irrelevantes frente a la sencilla cuestión de si los humanos pueden cantar varios a la vez, y sobre todo desde cuándo, un hecho obvio para cualquiera de nosotros en todo tiempo y lugar, más allá de restricciones culturales o religiosas, que se intentará presentar en primer plano en las páginas que siguen. |
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