Los límites del conocimiento y el alcance de la racionalidad

Todo cuanto existe puede estudiarse de manera científica y solamente la ciencia puede generar conocimiento, pero este no basta para resolver los problemas humanos. Para acometerlos hacen falta tres saberes: el conocimiento, la ideología y la deliberación. A lo largo de ocho capítulos se analiza la c...

Descripción completa

Guardado en:
Detalles Bibliográficos
Autor principal: Martín Solano, David
Otros Autores: Aguirre Oraá, José María (null)
Formato: text (thesis)
Lenguaje:spa
Publicado: Universidad de La Rioja (España) 2019
Acceso en línea:https://dialnet.unirioja.es/servlet/oaites?codigo=246389
Etiquetas: Agregar Etiqueta
Sin Etiquetas, Sea el primero en etiquetar este registro!
Descripción
Sumario:Todo cuanto existe puede estudiarse de manera científica y solamente la ciencia puede generar conocimiento, pero este no basta para resolver los problemas humanos. Para acometerlos hacen falta tres saberes: el conocimiento, la ideología y la deliberación. A lo largo de ocho capítulos se analiza la ciencia, que es la actividad intelectual que se ocupa de conocer, a partir de la obra de uno de sus máximos exponentes, Mario Bunge. En ellos se explica su naturaleza, su funcionamiento y su fundamentación; luego, merced a las aportaciones bungeanas, se la aplica a todos los niveles de la realidad, que queda completamente explicada de modo científico. En este proceso se descubre la necesidad de elementos extracientíficos para solucionar los problemas que se les plantean a las personas. En contra de Bunge, que niega esa carencia, en el capítulo noveno y último se compagina la ciencia con el estudio de la ideología y el estudio de la deliberación. Se resuelve que los tres saberes son distintos e inconfundibles, que ninguno debe injerirse en las competencias de los otros y que los tres son necesarios para la persona y la comunidad. También se postula que tienen una base común, la racionalidad, y que los fundamenta y articula la filosofía, un cuarto saber cuya función es sentar los principios y criterios de toda actividad intelectual, incluida ella misma. Este estudio doctoral supone una refrendación de la valiosa obra de Mario Bunge y a la vez una crítica profunda a la misma, que padece un solo pero destacado error, el cognicismo, que consiste en postular que la ciencia es el único saber válido o el único capaz de resolver problemas de gran envergadura. Si se le extirpa ese fallo, se puede considerar la epistemología bungeana como un gran avance de una de las actividades intelectuales del ser humano.