La actuación de los servicios de Inteligencia ante la Batalla del Ebro
Cuando el 25 de julio de 1938 las tropas mandadas por Juan Modesto Guilloto cruzaron el Ebro, dos eficaces herramientas de inteligencia y contrainteligencia militar funcionaban a pleno rendimiento en cada uno de los bandos enfrentados: una amalgama de servicios dirigidos por el coronel Manuel Estrad...
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Formato: | article |
Lenguaje: | CA EN ES |
Publicado: |
Universitat Autònoma de Barcelona
2019
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Acceso en línea: | https://doaj.org/article/217619287f7e4657a25f16a5febf0e1b |
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Sumario: | Cuando el 25 de julio de 1938 las tropas mandadas por Juan Modesto Guilloto cruzaron el Ebro, dos eficaces herramientas de inteligencia y contrainteligencia militar funcionaban a pleno rendimiento en cada uno de los bandos enfrentados: una amalgama de servicios dirigidos por el coronel Manuel Estrada Manchón en el Ejército Popular de la República, y el recién unificado Servicio de Información y Policía Militar (SIPM), dependiente del coronel José Ungría Jiménez, en el ejército adversario.
A aquellas alturas de la guerra ambos servicios tenían la capacidad suficiente para conocer con notable precisión los planes del enemigo y también para intentar neutralizarlos. Aunque el SIPM desarrolló una eficaz labor, Franco, intoxicado por la contrainteligencia republicana, desestimó la información recibida en su Cuartel General. Analizar la labor de aquellos servicios y su papel antes y durante la batalla del Ebro es el objeto del artículo.
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