El estatuto del personaje Francisco del Puerto en dos novelas argentinas
Las novelas de Juan José Saer El entenado (1983), que fue publicada por vez primera en la colección “Los mundos posibles”, dirigida por Ricardo Piglia, y de Gonzalo Enrique Marí El grumete Francisco del Puerto (2003) pueden inscribirse diacrónicamente en ese “macrotexto” que bien pudiera tener su i...
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Formato: | article |
Lenguaje: | ES |
Publicado: |
Universitat Autònoma de Barcelona
2011
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Materias: | |
Acceso en línea: | https://doaj.org/article/5c14d663b8a8416e8052aba7068b5d8d |
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Sumario: | Las novelas de Juan José Saer El entenado (1983), que fue publicada por vez primera en la colección “Los mundos posibles”, dirigida por Ricardo Piglia, y de Gonzalo Enrique Marí El grumete Francisco del Puerto (2003) pueden inscribirse diacrónicamente en ese “macrotexto” que bien pudiera tener su inicio en El mar dulce (1927) de Roberto Payró, y en el que el final abierto de esta última, a juicio de Rosa María Grillo: “Permite ver a Francisco del Puerto como ‘fecundador’: cualquiera que sea su suerte, quedarse con los indígenas o volver a España, su figura se presta al mito fundacional y es funcional al designio argentino de aquellos años de reafirmar su pertenencia a la ‘estirpe secular’, ‘blanca’, católica y latina” (Grillo, 2006: 29; Grillo, 2004) Más allá de la existencia de Francisco del Puerto, apenas comprobada (Romano Thuesen, 1995: 43-44 y Grandis, 1994: 425) y de la aventura vital del sujeto histórico, integrante de la fracasada expedición del navegante Juan Díaz de Solís, “a quien se disputaban dos coronas” (Vergés, 1992: 34), el grumete vendría a ser, descontextualizando un verso del poeta argentino Arnaldo Calveyra, amigo de Saer, “un hombre inventado”. Este texto analiza la presencia del mito y sus funciones en esta relación intertextual.
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