Para un diálogo interreligioso cada vez más necesario frente a la intolerancia y la violencia
Las religiones han nacido para ser fuente de paz, iluminación y liberación. Pero su realización histórica ha estado y está marcada por dinámicas de agresión y confrontación, de violencia e intolerancia destructiva del otro. Esta es la situación más problemática a la que la religión está llamada a r...
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Autor principal: | |
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Formato: | article |
Lenguaje: | ES |
Publicado: |
Universidad Pontificia Bolivariana
2021
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Materias: | |
Acceso en línea: | https://doaj.org/article/79db7021c30148769ee7d2be8a336182 |
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Sumario: | Las religiones han nacido para ser fuente de paz, iluminación y liberación. Pero su realización histórica ha estado y está marcada por dinámicas de agresión y confrontación, de violencia e intolerancia destructiva del otro. Esta es la situación más problemática a la que la religión está llamada a responder de manera efectiva, lo que exige más que en ningún otro momento de la historia un auténtico diálogo interreligioso por la pluralidad de nuestras sociedades actuales y de nuestro mundo globalizado. Este diálogo, que es más que la simple tolerancia, tiene unos presupuestos que vienen marcados por el reconocimiento de que todas las religiones son verdaderas porque son caminos de salvación; por ello, tienen una parte de la Verdad, que es una, pero que no poseen en exclusiva ninguna de las religiones. Dios es siempre más grande de lo que puede decir de él cada religión. Huyendo del sincretismo y la confusión, ya que el diálogo se lleva a cabo a partir de las distintas identidades, cada religión debe reconocer que es un camino diferente para la consecución del único fin. Por eso, es necesario un dia-logos como reconocimiento de que nuestras verdades particulares (logos) deben estar siempre en camino (dia) en la búsqueda de la única Verdad.
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