Emilia escribe en la noche
Los procesos de resolución de conflictos deben pensarse como ejercicios responsables del respeto a las diferencias y a la diversidad, en el contexto de la exigibilidad y la vigencia de los derechos humanos. Los conflictos son necesarios, si se conciben como una de las fuerzas motivadoras del ca...
Guardado en:
Autor principal: | |
---|---|
Formato: | article |
Lenguaje: | ES |
Publicado: |
Universidad de Costa Rica
2003
|
Materias: | |
Acceso en línea: | https://doaj.org/article/8ac6d1a6702248308aab0303f0ed0c17 |
Etiquetas: |
Agregar Etiqueta
Sin Etiquetas, Sea el primero en etiquetar este registro!
|
Sumario: | Los procesos de resolución de conflictos deben
pensarse como ejercicios responsables del respeto a
las diferencias y a la diversidad, en el contexto de la
exigibilidad y la vigencia de los derechos humanos.
Los conflictos son necesarios, si se conciben como una
de las fuerzas motivadoras del cambio social, pues
fortalecen la creatividad de las relaciones entre las
personas.
La premisa de humanización del conflicto sugiere entonces
que la posibilidad de atender las desavenencias
en forma pacífica se encuentra determinada por
modelos de socialización y educación en los que las
personas deben conocer y prepararse para negociar,
pero también para ejercer plenamente sus derechos y
responsabilidades.
En el marco del pensamiento filosófico sobre la existencia
y aceptación de los conflictos, resulta imprescindible
esperar que el Estado funja como facilitador
y promotor de la concertación social.
Gracias al aporte epistemológico que ofrecieron Jean
Piaget (1896-1980), María Montessori (1870-1952) y, a
partir de ellos, Paulo Freire (1921-1997), la práctica
educativa liberadora empieza a vincularse a la construcción
de una ciudadanía responsable y proactiva |
---|