De la idea de guerra al concepto de paz en la obra de François Lemoyne, «Luis XV dando la paz a Europa» (1729). Las transformaciones en el poder y su reflejo en la pintura francesa del siglo XVIII

Partiendo de la idea de que toda obra de arte es producida en un contexto histórico que permite comprender una parte de su intencionalidad, consideramos que este cuadro que pintó Lemoyne para el Salón de la Paz de Versalles en 1729 nos ofrece una nueva representación del monarca como rey de paz. Si...

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Autor principal: Jaime Blanco Aparicio
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Publicado: Universitat Autonoma de Barcelona. Departament d'Art i Musica 2017
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Acceso en línea:https://doaj.org/article/e0c123847d3c4835981045fa5e529c52
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Sumario:Partiendo de la idea de que toda obra de arte es producida en un contexto histórico que permite comprender una parte de su intencionalidad, consideramos que este cuadro que pintó Lemoyne para el Salón de la Paz de Versalles en 1729 nos ofrece una nueva representación del monarca como rey de paz. Si bien las alegorías responden a la tradicional representación del rey de guerra, como aparece en la Gran Galería de Versalles con la que establece un claro diálogo, sin embargo, en él se muestran las transformaciones que se están produciendo entre finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII en relación con el poder y su representación. La guerra y su reverso, la paz, tal y como es entendida por la soberanía, da paso a una cultura de la paz asentada sobre la idea de gobierno, es decir, sobre los cálculos, las necesidades de la población, los intereses, etc., que pone en cuestión la idea de dominio del soberano anterior, lo cual favorece una nueva concepción económica del poder definida por Foucault como gubernamentalidad, la cual determinará en estos instantes no solo la acción política, sino también las representaciones artísticas. La obra que aquí estudiamos es, por tanto, un claro reflejo de este contexto político excepcional en el que, tras la muerte de Luis XIV, Francia creyó en el sueño de Sully y Richelieu de presidir una paz europea que trajese la prosperidad económica, no solo a las monarquías, sino también a sus poblaciones.