Democracia y legitimidad de la moneda. Entre la hiperinflación y la devaluación

La moneda moderna no es sólo el producto de un proceso vinculado con el intercambio mercantil, sino que es fundamentalmente una institución social. Y en cuanto bien público debe encontrar en la aceptación colectiva el fundamento de su legitimidad. Lo que ha demostrado la transición argentina es el r...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Hugo Quiroga
Formato: article
Lenguaje:EN
ES
PT
Publicado: Universidad de Sevilla 2002
Materias:
J
Acceso en línea:https://doaj.org/article/e866c864e324438899063b527a0978eb
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Descripción
Sumario:La moneda moderna no es sólo el producto de un proceso vinculado con el intercambio mercantil, sino que es fundamentalmente una institución social. Y en cuanto bien público debe encontrar en la aceptación colectiva el fundamento de su legitimidad. Lo que ha demostrado la transición argentina es el rol social de la moneda en la consolidación de la democracia en la década del noventa. En ese momento, la moneda tuvo claras capacidades institucionalizantes, fue uno de los pilares de la democracia en la medida en que formó parte de la integridad del orden social. Así como en 1989 el colapso hiperinflacionario destruyó las reglas básicas de la economía y aniquiló la moneda, hoy la incertidumbre económica, la devaluación y la inflación en curso han hecho perder al peso su carácter de unidad estable de referencia. Tanto la hiperinflación de 1989 como la crisis actual revelan la pérdida de confianza en el peso. Lo que ha enseñado nuestra experiencia es que sin moneda no hay autoridad pública ni cohesión social. Los períodos de inestabilidad monetaria son momentos en los cuales la sociedad tiene serias dificultades para ordenar el presente y proyectar el futuro.