Nuevos stents farmacoactivos: el refinamiento tecnológico continúa
La llegada de los stents farmacoactivos (SFA) hace casi 2 décadas supuso una revolución para la cardiología intervencionista. El añadido de un fármaco antiproliferativo a la plataforma redujo de forma drástica la tasa de reestenosis,...
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Formato: | article |
Lenguaje: | EN ES |
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2021
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Acceso en línea: | https://doaj.org/article/f95d757a42984159a78879882f9e1403 |
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Sumario: | La llegada de los stents farmacoactivos (SFA) hace casi 2 décadas supuso una revolución para la cardiología intervencionista. El añadido de un fármaco antiproliferativo a la plataforma redujo de forma drástica la tasa de reestenosis, y ha aumentado el número de pacientes que desde entonces se han beneficiado de la revascularización percutánea1,2. Sin embargo, su talón de Aquiles fue el incremento de las trombosis tardías. El polímero permanente utilizado en los primeros SFA inducía reacciones inflamatorias y de hipersensibilidad, que retrasaban la endotelización. Esto provocó una alerta sanitaria3 que obligó a la comunidad médica a recomendar la prolongación del régimen de doble antiagregación, y se puso en duda la idoneidad de los SFA. Más allá del incremento de la tasa de trombosis, la primera generación de estos stents presentaba limitaciones adicionales: se trataba de plataformas de acero inoxidable con un grosor de strut de hasta 140 µm, con peor navegabilidad y menos capacidad de cruce. Además, su máxima expansión era limitada (3,5 mm en el stent Cypher, Cordis Corp.), lo que en ocasiones impedía tratar lesiones del tronco coronario izquierdo. Con el tiempo se ha ido refinando la tecnología del stent y se han optimizado sus 3 componentes principales: la... |
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