La teología desafiada por un Dios que se hace historia
El artículo parte afirmando el carácter histórico de la teología, que le viene por el hecho de ser obra de seres humanos. Es histórico todo ser que está en devenir, lo que implica estar siendo, en relación con el entorno, desde un centro interior de conciencia y libertad, capaz de decidir. usando un...
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Autor principal: | |
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Lenguaje: | Spanish / Castilian |
Publicado: |
Pontificia Universidad Católica de Chile. Facultad de Teología
2011
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Materias: | |
Acceso en línea: | http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0049-34492011000200002 |
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Sumario: | El artículo parte afirmando el carácter histórico de la teología, que le viene por el hecho de ser obra de seres humanos. Es histórico todo ser que está en devenir, lo que implica estar siendo, en relación con el entorno, desde un centro interior de conciencia y libertad, capaz de decidir. usando una analogía musical, la teología es histórica no solo porque su intérprete, el ser humano, es histórico, sino también y sobre todo porque su tema lo es: el Dios que se encarna y, así, se hace historia. De aquí los dos desafíos que aborda el artículo: a) ¿Qué hace posible en Dios y en la historia humana que Dios se haga historia, es decir, que pueda devenir-en-interacción-con-los-demás-en-dirección-a-un-porvenir? La respuesta fundamental es, en Dios, que Él es Trinidad, es decir, que "deviene" con otros. Y, en la historia, el acto creador, como un poner al sujeto que puede acoger una autocomunicación de Dios fuera de sí. b) ¿Cómo ha de ser la teología que piense adecuadamente este hacerse historia de Dios y cómo ha de ser el lenguaje en que se exprese esa teología? La teología debe dirigirse a los contemporáneos, porque ellos son los que experimentan el deseo de Dios puesto en ellos por el acto creador, deseo al que la teología aporta la respuesta de la revelación; debe pensar hoy al Dios testimoniado en la Escritura, el que ya se ha hecho historia; y debe buscar no tanto fijar naturalezas cuanto mostrar estructuras del devenir. El lenguaje de la teología no puede ser directo, denotativo, porque a Dios nadie lo ha visto nunca, sino indirecto, connotativo; de aquel se dan dos ejemplos: el lenguaje de Jesús en los evangelios y la propuesta de Guardini de un lenguaje indirecto, como el único capaz de asir lo viviente concreto. |
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