El sistema inmune, herramienta estratégica en la batalla contra el cáncer
Las células tumorales ven alterada la regulación de su ciclo celular y comienzan a proliferar en forma descontrolada debido a mutaciones en su material genético. Además de las alteraciones en la proliferación, se producen modificaciones genéticas que dan origen a cambios en la expresión de proteínas...
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Autor principal: | |
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Lenguaje: | Spanish / Castilian |
Publicado: |
Sociedad Chilena de Pediatría
2000
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Materias: | |
Acceso en línea: | http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0370-41062000000400003 |
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Sumario: | Las células tumorales ven alterada la regulación de su ciclo celular y comienzan a proliferar en forma descontrolada debido a mutaciones en su material genético. Además de las alteraciones en la proliferación, se producen modificaciones genéticas que dan origen a cambios en la expresión de proteínas en la célula maligna, lo que se manifiesta en la sobreexpresión de algunos genes o en su activación en tejidos normales, en los que comúnmente no son expresados. Estos genes originan proteínas que pueden ser reconocidas como aberrantes por el sistema inmune, generando una respuesta antitumoral. Recientemente, estudios realizados en animales de experimentación y en pacientes han demostrado que la principal actividad antitumoral está dada por la respuesta inmune celular. En esta situación, son los linfocitos T los que juegan un papel preponderante, reconociendo, a través de su receptor, antígenos que han sido procesados y presentados en asociación con las moléculas del complejo principal de histocompatibilidad (MHC). La gran mayoría de los antígenos asociados a tumor (AAT) y reconocidos por linfocitos T CD8+ citotóxicos (CTL) son péptidos derivados de proteínas que se expresan en las células tumorales y además se encuentran en el tejido normal que les dio origen. Así, en melanoma humano por ejemplo, existen antígenos inmunodominantes derivados de proteínas involucradas en la síntesis de melanina y expresados tanto en el tumor como en los melanocitos normales. Existen otros antígenos restringidos por MHC que son comunes a varios tipos de tumores. Estos derivan de proteínas embrionarias y normalmente no se expresan en tejidos somáticos. La identificación de varios AAT ha permitido desarrollo de modernas vacunas antitumorales, las que se encuentran en etapa de experimentación. Estas vacunas, basadas en los antígenos descritos, pueden ser de tipo peptídico o de ADN y vendrían a reemplazar las terapias inmunológicas menos especificas, como el tratamiento con citoquinas o las terapias adoptivas. Investigaciones clínicas y preclínicas llevadas a cabo durante los últimos dos años indican que la forma de inmunizar resulta esencial para inducir una respuesta inmune efectiva y evitar la anergia o tolerancia. Aquí juegan un papel determinante las células dendríticas en su función de células presentadoras de antígenos profesionales y algunas citoquinas pro-inflamatorias. La paradoja existente entre la presencia de células antitumorales en los pacientes con cáncer y la progresión sistemática de la enfermedad, sugieren la existencia de mecanismos mediados por el tumor para evadir la respuesta del sistema inmune. Estas estrategias van desde la secreción por parte del tumor de factores inmunoinhibidores hasta mutaciones de moléculas relacionadas con la presentación antigénica. La comprensión más acabada de los mecanismos inmunológicos involucrados en la respuesta antitumoral, permitirá el desarrollo de la inmunoterapia como tratamiento alternativo y/o complementario a los ya establecidos en la lucha contra el cáncer |
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