Aves en ambientes marinos y salinos: viviendo en hábitats secos

Para las aves, ambientes salobres como los marinos y los salares, son en la práctica hábitats secos. Cuando las aves beben agua o consumen presas saladas, sus fluidos corporales aumentan la osmolaridad. Para mantener el equilibrio osmótico, las aves tienen que eliminar el exceso de electrolitos inge...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: SABAT,PABLO
Lenguaje:Spanish / Castilian
Publicado: Sociedad de Biología de Chile 2000
Materias:
Acceso en línea:http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-078X2000000300004
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Descripción
Sumario:Para las aves, ambientes salobres como los marinos y los salares, son en la práctica hábitats secos. Cuando las aves beben agua o consumen presas saladas, sus fluidos corporales aumentan la osmolaridad. Para mantener el equilibrio osmótico, las aves tienen que eliminar el exceso de electrolitos ingerido en los alimentos y el agua. Las estrategias adaptativas utilizadas por las aves marinas incluyen la utilización de la glándula de la sal, la cual produce soluciones de excreción más concentradas que el agua de mar. Tanto la fisiología y la plasticidad de la glándula nasal se correlaciona con las características ecológicas de las especies. Además, las aves pueden minimizar el estrés osmótico escogiendo presas hipo-osmóticas, o con menor contenido de agua, disminuyendo de este modo la ingestión de sales. Aun cuando la capacidad de concentración de la orina del riñón de aves es limitada, existen diferencias interespecíficas en su estructura y fisiología, lo que representa un mecanismo adaptativo para evitar la pérdida de agua. Este órgano es particularmente importante en aquellos taxa que no poseen la glándula de la sal, como paseriformes. Sin embargo, estas aves que aparentemente poseerían una restricción fisiológica para explotar ambientes salobres, incluyen algunas especies que habitan costas oceánicas y de salares. En esta revisión muestro que la interacción funcional del riñón y el intestino grueso en la fisiología osmoregulatoria, junto con la conducta de alimentación juegan un papel crucial en la mantención del balance hídrico y en la adaptación de estas especies a ambientes salobres