CONSECUENCIAS DE LA NOMINALIZACION DE LA POLITICA MONETARIA

A contar de agosto del 2001, el Banco Central de Chile introdujo la modificación de procedimientos de política monetaria más importante desde 1985. Ese cambio se conoce como la "nominalización de la política monetaria". Anteriormente el objetivo intermedio de la política monetaria -la tasa...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Fontaine,Juan Andrés
Lenguaje:Spanish / Castilian
Publicado: Instituto de Economía, Pontificia Universidad Católica de Chile 2002
Materias:
Acceso en línea:http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-68212002011700007
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Descripción
Sumario:A contar de agosto del 2001, el Banco Central de Chile introdujo la modificación de procedimientos de política monetaria más importante desde 1985. Ese cambio se conoce como la "nominalización de la política monetaria". Anteriormente el objetivo intermedio de la política monetaria -la tasa interbancaria de corto plazo- era ajustado mensualmente de manera de mantenerla estable en relación a la variación de la Unidad de Fomento (UF). La UF es una unidad de cuenta que varía según la inflación del IPC, ampliamente utilizada en Chile para los contratos financieros a más de 90 días de plazo. La tasa que rinden los documentos denominados en UF es generalmente considerada una tasa real de interés y, por tanto, la política monetaria chilena puede decirse que era única en el mundo en cuanto a utilizar como objetivo intermedio una tasa real de interés. Siguiendo estándares internacionales, el nuevo procedimiento define el objetivo intermedio de tasa de interés interbancaria directamente en términos nominales. La nominalización de la política monetaria crea inicialmente importantes perturbaciones en el mercado financiero y resta efectividad a la comunicación entre la autoridad monetaria y el mercado, atributo esencial de una buena política monetaria. Estos efectos provienen de lo arraigado que está en Chile el uso de la UF como unidad de cuenta de valores reales. Es probable que ellos disminuyan paulatinamente a medida que los individuos pasen a concebir los valores reales en términos del nivel de precios esperado. Pero esa mutación tomará tiempo e involucrará costos. No está en absoluto claro que los beneficios de largo plazo atribuidos a la nominalización del mercado financiero -y el correspondiente desplazamiento de la UF- justifiquen los costos de esa transición