Microbiota, hábitos alimentarios y dieta en enfermedad inflamatoria intestinal

RESUMEN La enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa corresponden a Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII). En la actualidad aún no se ha establecido la cura de estas enfermedades; sin embargo, se han desarrollado diversas terapias dirigidas a disminuir la inflamación de la mucosa (5 aminosalicí...

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Detalles Bibliográficos
Autores principales: Tumani,María Fernanda, Pavez,Carolina, Parada,Alejandra
Lenguaje:Spanish / Castilian
Publicado: Sociedad Chilena de Nutrición, Bromatología y Toxicología 2020
Materias:
Acceso en línea:http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-75182020000500822
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Sumario:RESUMEN La enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa corresponden a Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII). En la actualidad aún no se ha establecido la cura de estas enfermedades; sin embargo, se han desarrollado diversas terapias dirigidas a disminuir la inflamación de la mucosa (5 aminosalicílicos) y a disminuir la respuesta del sistema inmune (ejemplo: inmunomoduladores y tratamientos biológicos). Otro pilar de manejo de los pacientes con EII es la nutrición, esta es fundamental en el tratamiento por su capacidad de disminuir síntomas gastrointestinales. La alimentación tiene un impacto en la microbiota intestinal (MI), al asociarse la dieta occidental a un cambio en la biodiversidad de la microbiota. En este sentido, la MI podría tener un rol en la patogenia de la enfermedad, al existir una disminución de la biodiversidad y un aumento de bacterias que podrían favorecer la inflamación y generar una disminución en la producción de ácidos grasos de cadena corta. En EII, los hábitos alimentarios tienden a ser restrictivos y el estado nutricional se caracteriza por desnutrición, pérdida de masa muscular, sarcopenia, déficit de vitamina D y hierro. Por ello en periodos de remisión no se debe restringir la alimentación. En periodos de crisis, las dietas de exclusión de alimentos disminuyen los síntomas y, nutrientes específicos como las antocianinas y ácidos grasos w-3 podrían tener un efecto en la inflamación.