Efecto de la suplementación con ácidos grasos n-3 sobre el perfil de lípidos séricos de ratas

RESUMEN La grasa alimentaria influye en la modulación de las funciones inmunitarias y los procesos inflamatorios; la mayor parte del impacto se atribuye a los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (AGPI). Los ácidos grasos esenciales (AGE), como el Ácido Linoleico (AL; 18:2n-6) y el Ácido &a...

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Detalles Bibliográficos
Autores principales: Fernandez,Inés, Giacomino,Maria Silvia, Condori,Anabel Impa, Godoy,María Fernanda, Pellegrino,Néstor, Slobodianik,Nora, Feliu,María Susana
Lenguaje:Spanish / Castilian
Publicado: Sociedad Chilena de Nutrición, Bromatología y Toxicología 2021
Materias:
Acceso en línea:http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-75182021000200170
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Sumario:RESUMEN La grasa alimentaria influye en la modulación de las funciones inmunitarias y los procesos inflamatorios; la mayor parte del impacto se atribuye a los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (AGPI). Los ácidos grasos esenciales (AGE), como el Ácido Linoleico (AL; 18:2n-6) y el Ácido α-Linolénico (AAL; 18:3n-3), que deben ser incorporados con la dieta, son precursores de otros ácidos grasos de gran importancia para el organismo. El AAL, perteneciente a la familia n-3, da origen a los ácidos Eicosapentaenoico (EPA; 20:5n-3) y Docosahexaenoico (DHA; 22:6n-3). Ellos confieren flexibilidad, fluidez y permeabilidad a las membranas, que favorece la salud cardiovascular, reduce el riesgo de deficiencias en la visión y el desarrollo neural de bebés y niños y de demencia en adultos mayores; algunos son precursores en la síntesis de prostaglandinas. También se han observado efectos en la prevención y tratamiento de enfermedades coronarias, hipertensión, diabetes, artritis, inflamaciones, desórdenes autoinmunes y cáncer. Estos efectos pueden explicarse a través de las acciones específicas de cada uno de ellos. El objetivo del estudio fue analizar el efecto de una dieta a base de manteca, con y sin la suplementación de AGPI n-3 sobre los lípidos y perfil de AG séricos, de ratas en período de crecimiento activo. Ratas Wistar al destete, recibieron durante 10 días una dieta normocalórica a base de manteca (M). Los otros grupos recibieron la misma dieta suplementada con 24 mg/día de aceite de pescado (MP) –aportador de EPA y DHA- o aceite de chía (MCh)– que proporciona ácido α-linolénico (AAL). El control recibió dieta según AIN´93. Se determinó colesterol total y triglicéridos por métodos enzimáticos y el perfil de ácidos grasos sérico, por cromatografía gaseosa. Resultados: Los grupos M, MP y MCh mostraron niveles más bajos de linoleico y más altos de oleico serie n-9, comparados con C. Sólo M y MP presentan valores bajos de AAL. Los grupos MP y MCh presentaron altos niveles de EPA y DHA. La suplementación con aceite de chía, es más beneficiosa que con aceite de pescado, incrementando el EPA y DHA sérico junto con el AAL. Conclusión: No sólo es importante el porcentaje de lípidos dietarios que se consumen sino también el perfil de ácidos grasos que componen los alimentos.