Torsión aislada de la trompa de Falopio, con necrosis de un quiste paratubárico. Una urgencia ginecológica infrecuente

RESUMEN Introducción: La torsión aislada de la trompa de Falopio ocurre en aproximadamente una de cada 50.000 a 1.500.000 mujeres, por ende, es una afección extremadamente rara. Fue originalmente descrita por Bland-Sutton en 1890. El cuadro clínico suele ser inespecífico y puede simular una amplia...

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Detalles Bibliográficos
Autores principales: Medina E,Eleodoro, Jiménez P,Sandi, Manso J,Fernández
Lenguaje:Spanish / Castilian
Publicado: Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología 2021
Materias:
Acceso en línea:http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-75262021000100091
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Sumario:RESUMEN Introducción: La torsión aislada de la trompa de Falopio ocurre en aproximadamente una de cada 50.000 a 1.500.000 mujeres, por ende, es una afección extremadamente rara. Fue originalmente descrita por Bland-Sutton en 1890. El cuadro clínico suele ser inespecífico y puede simular una amplia variedad de dolencias. Caso clínico: Paciente de 18 años de edad que acude al servicio de urgencias por dolor abdominal intenso, la cual se decide ingresar por cuadro agudo doloroso abdominal de posible etiología ginecológica, se realiza laparoscopía de urgencia por la posibilidad de un cuadro de torsión quística, durante esta se observa una imagen laparoscópica de la trompa izquierda violácea y torcida, además un quiste paratubárico hemorrágico, de color violacio; por las características laparoscópicas de la trompa y el quiste paratubárico que se relacionan con necrosis de estos elementos, se decide realizar a la paciente una anexectomía total izquierda con cistectomía del quiste paratubárico. Discusión: La rotación de la trompa alrededor de su pedículo vascular es el evento fisiopatológico descrito, lo que provoca inicialmente la obstrucción del retorno venoso y linfático, con el consiguiente edema, ingurgitación y trombosis. Si la torsión progresa, y no se resuelve, se ve comprometida la vascularización arterial y se desencadena la necrosis del órgano y, finalmente la instauración de peritonitis, la conducta se basa en la viabilidad de la trompa: si no tiene signos de necrosis, la conducta indicada es destorcerla, si ya aparecieron signos de necrosis deberá ser extirpada.