LA OCUPACIÓN DEL ALERO DE CERRO CASTILLO: UN SITIO RESIDENCIAL EN UN MIRADOR PANORÁMICO
El fondo de la antigua cuenca glaciar del lago Toro, localizada en la entrada del Parque Nacional Torres del Paine, es un área rica en sitios arqueológicos erosionados, en particular en el borde de los ríos. Éstos testimonian una expansión demográfica importante en la zona, si bien ésta es...
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Lenguaje: | Spanish / Castilian |
Publicado: |
Universidad de Magallanes. Instituto de la Patagonia. Centro de Estudios del Hombre Austral
2009
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Materias: | |
Acceso en línea: | http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-22442009000100005 |
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Sumario: | El fondo de la antigua cuenca glaciar del lago Toro, localizada en la entrada del Parque Nacional Torres del Paine, es un área rica en sitios arqueológicos erosionados, en particular en el borde de los ríos. Éstos testimonian una expansión demográfica importante en la zona, si bien ésta es poco conocida y está mal datada. Nuevas excavaciones de un sitio arqueológico descubierto en un alero rocoso en Cerro Castillo podían documentar el desarrollo de estos grupos a partir del V° milenio AP. (San Román y Morello 2003). Con este fin, la misión arqueológica francesa realizó un segundo sondeo en el sitio durante el año 2006. Este sondeo permitió un estudio paleoambiental del sitio (Bertrán 2009, Solari 2009, ambos en este volumen). El estudio de más de 10.000 vestigios líticos (Langlais y Morello 2009, en este volumen), y la realización de un primer análisis arqueozoológico (San Román y Morello 2003; Prieto en Legoupil y Bertrán 2006). El conjunto de estos datos confirma el fuerte potencial informativo de este alero que, al ofrecer un control visual del inmenso valle representa un paradero excepcional para cazadores. Los testimonios de actividades cinegéticas son escasos (pocas puntas de proyectil y ninguna bola), mas el sitio presenta las características de un campamento habitacional en el que ocurrieron importantes actividades domésticas; así lo atestiguan la producción de lascas (a menudo utilizadas) y la abundancia de raederas, raspadores y cuchillos, próximas a áreas de combustión. A pesar de las perturbaciones postdeposicionales típicas en tales contextos, y de la riqueza del palimpsesto de ocupaciones registradas, es posible distinguir grandes etapas de ocupación humana en el sitio. El Hombre se instaló hace 4500 años, en los primeros momentos de formación de la capa sedimentaria IV, un período húmedo que favoreció el desarrollo de una cubierta vegetal que también es registrada a continuación en la capa III antes de desaparecer en la etapa final del depósito: la estepa actual. En un contexto caracterizado por una tecnología común, se observan diversas modificaciones técnicas (quizás de origen funcional): por ejemplo, el abandono del uso de la obsidiana en favor de la calcedonia, o el reemplazo de las raederas por lascas retocadas y raspadores como herramientas dominantes. La distribución de los restos, la presencia de fogones y el uso de bloques rocosos, estos últimos tal vez dispuestos intencionalmente, ponen de manifiesto el potencial paleoetnográfico del sitio. Cerro Castillo podría contribuir a aclarar las características de los modos de vida de los cazadores terrestres de la región y ofrecer una columna estratigráfica bien controlada para la segunda mitad del Holoceno. |
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