Susceptibilidad erosiva asociada al proceso de reconversión agrícola productiva, cuenca semiárida de Quillota. V Región de Valparaíso, Chile

En el marco del proceso de reconversión agrícola productiva que ha experimentado la zona norte y centro del país, se han establecido plantaciones de frutales en laderas de cerros y zonas de piedemonte; muchas veces sobrepasando los umbrales morfodinámicos aconsejables para el uso productivo. Esta pr...

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Detalles Bibliográficos
Autores principales: Meza Aliaga,Mónica, Castro Correa,Carmen Paz
Lenguaje:Spanish / Castilian
Publicado: Universidad de Tarapacá. Facultad de Ciencias Agronómicas 2013
Materias:
Acceso en línea:http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-34292013000400006
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Descripción
Sumario:En el marco del proceso de reconversión agrícola productiva que ha experimentado la zona norte y centro del país, se han establecido plantaciones de frutales en laderas de cerros y zonas de piedemonte; muchas veces sobrepasando los umbrales morfodinámicos aconsejables para el uso productivo. Esta práctica está otorgando a los territorios una condición de mayor susceptibilidad erosiva, influyendo también en la pérdida de calidad del suelo en los fondos de valles. Mediante el modelo de Unidades de Respuesta a la Erosión -ERU- de Marker et al. 2001, método de carácter cualitativo que arroja niveles de susceptibilidad erosiva a partir de la consideración conjunta y ponderada de las variables del sistema que influyen en la problemática, se analizó la erodabilidad en función de los patrones de ocupación de este proceso de reconversión en la cuenca semiárida de Quillota (32º52'0"S 71º16'0"O). Los resultados arrojaron que superficies reconvertidas agrícolamente y asociadas a los sistemas de vertientes y conos aluviales obtienen una erodabilidad baja cuando poseen características de mayor densidad vegetal, menor pendiente y exposición sur, mientras que las áreas de mayor erodabilidad presentaron densidades vegetales bajas, pendientes pronunciadas y exposiciones norte. En las superficies de menor y mayor erodabilidad se hallaron prácticas de manejo como camellones a favor de la pendiente, terrazas en curvas de nivel y laderas con vegetación nativa; siendo los camellones aquellos que provocaron la mayor susceptibilidad erosiva.