Redes sociales y partidos políticos en Chile

En este estudio se describe el origen y la evolución de dos partidos políticos chilenos (el Partido Radical y el Partido Demócrata Cristiano) por medio del análisis de las redes sociales que los originaron y que los componen. Se propone un modelo teórico que consiste en la combinación de un anál...

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Auteur principal: Larissa Adler Lomnitz
Format: article
Langue:ES
PT
Publié: Universitat Autònoma de Barcelona 2002
Sujets:
H
Accès en ligne:https://doaj.org/article/d08b894a730141b9a7e7c8e5a65af752
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Résumé:En este estudio se describe el origen y la evolución de dos partidos políticos chilenos (el Partido Radical y el Partido Demócrata Cristiano) por medio del análisis de las redes sociales que los originaron y que los componen. Se propone un modelo teórico que consiste en la combinación de un análisis estructural basado en el estudio de redes sociales y en la descripción del sistema simbólico que las retroalimenta. La estructura y función de las redes sociales depende de la dirección en la que se dan los intercambios -redes horizontales y redes verticales-, de lo que se intercambia, y de la articulación que se da entre las redes. En toda sociedad se dan intercambios simétricos y asimétricos, que van conformando redes horizontales y verticales. Estas redes se van articulando entre sí, conformando el tejido social. El predominio de unas sobre otras y su combinación dan el carácter a la cultura política (ejemplo, autoritaria vs. igualitaria). En el caso de Chile encontramos que se trata de una sociedad horizontalmente estructurada en clases sociales, al interior de las cuales se advierten redes sociales informales que eventualmente y por razones ideológicas se van formalizando en partidos políticos. Estos grupos igualitarios de amigos ejercen informalmente control sobre sus propios miembros creando barreras invisibles que los distinguen de los demás, y aunque si bien es cierto que en ellos surgen líderes “naturales”, su liderazgo es condicional lo que permite el surgimiento de tendencias y facciones que a su vez pueden llegar a constituirse en nuevos partidos. Por ende, el sistema depende de negociaciones horizontales permanentes mediadas por un fuerte presidencialismo dentro de un sistema parlamentario fuerte y apoyado por una legitimidad casi fanática.